
Pensando en soledad, la distancia turbia me turba
el pasar de los coches, el constante pasar de la multitud,
por las calles, por los parques, por los bares
es viernes noche y yo aqui en blanco y sin blanca
con miles de planes, viendo los minutos pasar
pensando en miles de cosas, deseando acabar
me alejo del bullicio buscando mi lugar
cuando creo tener mi sitio, ansío nuevamente
volver al mundanal y asfixiente asfalto
perturbación mortal, perturbación infinita y melancolica
mientras yo me grito en mis adentros:
devuelveme tu piel, tu más profunda piel
envuelta en tu aroma, de perfume y de tabaco
de aquel tabaco rubio q siempre fumas
con ese humo que tapizas mi garganta
te imagino y te pienso desde la ausencia
con esa gravedad un poco infantil
que hace que te imagine de forma frágil e impoluta
De ti tengo el recuerdo
me vuelves desnuda y volcada,
nuestro planeta más preciso fue esa cama donde lentas,
imperiosas geografías iban naciendo nuestros viajes
Yo aprendía contigo lenguajes paralelos:
el de esa geometría de tu cuerpo que me llenaba la boca y las manos
de teoremas temblorosos, el de tu hablar diferente,
tu lengua insular que tantas veces me confundía.
Con el perfume del tabaco
vuelve ahora un recuerdo preciso que lo abarca todo en un instante
luego comprendo muy en mis adentros,
que auqnue me encierre en esta caótica ciudad
tu, en su momento me cediste la ciudad de tu más profunda piel
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